Las canciones como los libros suelen aparecer cuando las necesitas, las primeras llegan a expresar lo que sientes justo en ese momento. Así han aparecido todas y cada una de las que forman parte de mi vida, han traducido en música las emociones que rondan dentro de mi. Cuando eso sucede, puedo escucharlas una y otra vez, no quiero salir de ellas, me hace sentir calma, a veces me estremecen otras simplemente me llenan de alegría.
Con la aparición del streaming de música tengo un playlist que se llama como este blog, con las canciones de fondo de algunos de los instantes de mi vida, la voy alimentando según recuerde o vaya viviendo, aunque han pasado días desde la última vez. Son un collage que se podría representar con imágenes de esos instantes, en mi mente ya están algo borrosas. quizás lo más cercano serían las fotos que tomé en aquellos días, las de esos paisajes que fueron compañía y recuerdo, como por ejemplo un crepúsculo sobre una carretera en dirección al oeste. O el de aquel mar que atrapó a mamá mientras intentaba nadar en una orilla salvaje. Las de aquellas salidas de campo donde me enamoré de mi carrera.
Aunque las fotos que he tomado no son suficientes. Porque a veces esos instantes simplemente suceden y solo me quedan de ellos la música y su magia.
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