En la sala de estar las paredes están decoradas con fotos de su vida, un librero grande con libros de diversos temas, álbumes de fotos y discos de la música que le ha acompañado. También hay un escritorio, dos sillones donde te puedes sentar a leer o ver el televisor que se encuentra junto a la pared decorada con sus fotografías, una consola y un viejo piano que ocupa el espacio entre la barra de la cocina y la sala. Mientras esperábamos la hora para salir de compras se sentó frente al piano y tocó una pieza de Claude Debussy Claro de Luna.
De aquel momento guardo la paz que su alma me transmitió, ese regalo invaluable que se suma a las muchas otras cosas que ha hecho por nosotros.
Hay muchas formas de acariciar el alma, hay muchas formas de dar y en todo momento decidimos que, siempre es una decisión. Y no siempre damos lo mejor de nosotros. O no a todos.
Por eso valoro cuando alguien me da lo mejor de sí y decide ser esa luz para quien en ese momento lo necesita. Y si eres lo suficientemente agradecido sabrás que la mejor forma de devolver esa caricia al alma es entregando tu también lo mejor de ti a alguien más.
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