Los rayos trasparentes atraviesan mi mirada
se que mi voz algún día será parte de este viento
y alguien tendrá un deja vu a la sombra de las ramas.
El camino es solitario
sin embargo
en mi pecho habita la vida entera.
El paisaje se construye desde adentro.
Aline Petterson
Los rayos trasparentes atraviesan mi mirada
se que mi voz algún día será parte de este viento
y alguien tendrá un deja vu a la sombra de las ramas.
El camino es solitario
sin embargo
en mi pecho habita la vida entera.
Para mí: es una mirada que lo dice todo sin necesidad de una sola palabra. Lo supe desde los catorce años, durante un viaje de un fin de semana en el cual también descubrí mi afinidad a dejarme sorprender por la vida y hacer lo imposible, pero esa es otra historia.
Hace un tiempo tengo una obsesión por plasmar estas miradas, escribí un microrelato sobre ella, después un poema, en algún momento haré un dibujo de la mirada de mis recuerdos. Una mirada que no es común, es como la de un niño cuando ve algo que lo sorprende al punto de dejarlo sin palabras. Con lo difícil que es conservar la sorpresa y ese fuego que te impulsa a actuar.
No se si vuelva verla otra vez replicada en algún otro rostro, la vida es una serie de instantes que solo se viven una vez, después de eso nos queda el recuerdo, el arte: un poema, una historia, una fotografía, la música.
Divagaciones sobre una mirada
La primera vez que escuché Goodbye Stranger fue parte de la música que me había compartido Gustavo para "mi educación musical". La amé por el sonido del piano, ese tono entre nostálgico y alegre.
Escucharla siempre ha sido un disparo de energía para mi cerebro, es imposible no sonreír (una de las cosas que amo de la música y de las personas). Usualmente es la magia de algún instrumento a veces es un bajo, una guitarra, una trompeta, un piano...una voz.
La letra es una despedida, aunque uno usualmente les da su propio significado. Para mi desde aquella vez al día de hoy, es una despedida y también un recordatorio.
Me despido de aquello que ya no soy, aquellas manías que me han llevado a dar vueltas en círculos. Es un recordatorio a mirar al frente y tomar las riendas de mi vida con lo que hay. Es un adiós a mi misma, porque cada tanto dejamos atrás algo de nosotros y tenemos que soltar aquello que nos impide avanzar: los patrones que seguimos repitiendo, los miedos y creencias que apagan nuestro ser. Y así poder reinventarse una vez más.
He vivido entre la calma y el caos, después de muchas veces he aceptado esa dualidad, mi mejor medicina para estos procesos ha sido encontrar canciones como esta para acompañarme, para recordarme, para ser ese disparo que me ayude a continuar.