Siempre admiré la libertad de las aves para ir de aquí allá sin algo que las límite. Esa libertad de quedarse en la rama del árbol o perderse en el horizonte azul.
Ambos, árbol y ave son símbolos de fortaleza y libertad que atesoro con el alma. Y hoy por eso escribo de nuevo. Porque el simple acto de escribir es lo que me da la libertad del ave y la fortaleza del árbol.
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