En el medio, un ojo agua emerge, fluye, un manantial para
aliviar a los seres errantes como tú. Les llaman Petenes, son como un oasis,
solo que alrededor no hay arena, es agua salobre, marisma y manglares. Si
caminas entre los árboles, puedes escuchar el viento sobre las ramas, es como
una ola, una suave caricia que circula a tu alrededor, un lento respirar. A veces también escuchas el paso de una tropa de monos entre los árboles, el grito
agudo del halcón, los ojos sigilosos del cocodrilo, el chillido de un puerco de
monte y el estruendo de un disparo ahuyentando a las aves.
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