El paisaje se construye desde adentro.

Aline Petterson

martes, 30 de octubre de 2012

Un gato que esta triste y azul…





Y fue mi loco amor inasequible

Roberto Carlos es uno de mis temas favoritos en cuanto a música se refiere. Esto se debe a que es un símbolo de mi verdadera patria, aquella patria de Rilke, un lugar sin geografía fija. Un lugar que se refiere más bien a un tiempo: la infancia. Hablo de viajes en carretera, del aroma a cigarros mentolados, de música.

Roberto Carlos es, además de Santana, quien me recuerda a mi padre. Son sus canciones como aquellos guisos que nos quitan los dolores del alma. De esos aromas de una casa antigua y de los abrazos que nos salvan.

No podría elegir una canción predilecta de él, son muchas. Su voz melancólica es muy afín a mi estado predilecto. De sus letras he aprendido  que el amor nunca pasa de moda. Que el amanecer es el mejor momento para hacer el amor. Y que uno puede hacerlo todo el día.

Yo te recuerdo porque nunca te olvide
Le canta a esas personas que no se olvidaran nunca. Que a pesar de que se quedaron en el pasado, a veces no nos viene mal querer saber sobre ellas. Para todas esas personas siempre existe una canción que nos la recuerda. Esto lo descubrí una tarde mientras hacia las prácticas profesionales y puse un disco suyo.

Por ella me pongo a cantar aunque este sufriendo
No fueron los cuentos de cenicienta, ni de los de la bella durmiente los que me dieron demasiadas expectativas acerca del amor. Fue ese amante a la antigua y todas esas canciones acerca de como un hombre ama a una mujer. Con sus desayunos en la cama. Con sus propuestas que me recordaron en más de una ocasión lo mucho que deseaba un amor así.

Yo quisiera ser civilizado como los animales
No solo he llorado con sus canciones. También he reafirmado mis credos. Como cuando le canta a la vida, de lo que hacemos con ella, con nuestra naturaleza y con nuestra gente. En esos momentos mi corazón se encoge y es como todas las emociones se acumularan de pronto dentro y quisieran salir de golpe. Y es que es como dice Mafalda: “el mundo esta enfermo”, le duele México, le duele África, Asia, América, Europa…el mundo muere y yo extraño como nunca esa patria sin geografía.

Y no vi las luces que eran advertencias…
Prometo Sonreír. Gracias Roberto.

4 comentarios:

  1. El mundo, no sólo México, está para dolerse. Y ni para acusar a los extraterrestres de esto que nos pasa, somos nosotros los causantes.

    Un abrazo

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  2. Una entrada muy nostalgica y preciosa, Karito como todas las que escribes y cuando te leo también me encantaria irme allá lejos lejoss

    En los vastos jardines sin aurora;
    Donde yo sólo sea memoria de una piedra sepultada entre ortigas
    Sobre la cual el viento escapa a sus insomnios...
    allá lejos donde habite el olvido.

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  3. Me acuerdo de mi abuela, era yo un niño recién llegado de otras tierras y el aquí encontré a mi abuela, la persona más importancia de mi infancia...

    recorría su departamento, daba instrucciones a la chica de ayuda doméstica, me platicaba cosas y de fondo en el radio había un gato triste y azul que hasta la fecha puedo ver en el cielo... es un gato que es varios gatos... varios todos de azul y varias tristezas también.

    Luego odié a Roberto Carlos... luego me reencontré con él... luego lo escuché y me lo puse encima...

    - Todo amor que yo esperé de la vida lo he encontrado sólo en ti... y resulta que tú no estás aquí -

    -Gulp-

    Que difícil es ser adulto sin saber serlo.

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  4. Marichuy...y no hay sitio para donde ir, quedarnos es quiza la única opción...

    Cockyta...que hermosas palabras...el idilio perdido...ahora solo nos queda este sitio y aquí aprender a crear nuestros sueños...

    Mau...más difícil será perder al niño...supongo que es en la perdida de la inocencia el origen de nuestros males y amar la inocencia sería entonces el principio de nuestro reencuentro...todo es cuestión de elegir...

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