Transcribo un poema que me hizo recordar las miradas tristes y extraviadas de mi abuelo. De la Biblioteca de Marcelo Leites
Caracola
Tenían quietudes azules/sus ojos
cantábrica profundidad/ marítima su alma
inaccesa/ toda alma todo cielo toda vida/
caracola en movimiento.
Tenían la ductibilidad de los vientos/ sus vientos.
Me miraba su historia - abuela - como queriendo
salirse de usted.
De niña entendí/ solo viéndola mirar/ que todo
es un acantilado lejano.
Alejandra Mendez
Su mirada era lejanía...
ResponderEliminarQué hermoso, y algo triste, poema.
Saludos
Un trite pero bello poema , ahora entiendo... muchas cosas ahora con la madures de los años vividos entiendo muchas cosas...
ResponderEliminartodo es un acantilado lejano, solo sabes tu las cosas que guarda ese mirar.