El paisaje se construye desde adentro.

Aline Petterson

jueves, 8 de agosto de 2024

Adiós extraña


Estoy cerca de cumplir mi meta hoy y ya el aliento me empieza a faltar, "un poco más", me repito, "ya falta poco". Entonces el aleatorio de la música que acompaña mi trayecto inicia con uno de mis clásicos favoritos. Empiezo a sentir un poco más de energía, el solo del piano es un disparo, el aliento regresa, los pies se me aligeran y sonrío.

La primera vez que escuché Goodbye Stranger fue parte de la música que me había compartido Gustavo para "mi educación musical". La amé por el sonido del piano, ese tono entre nostálgico y alegre.

Escucharla siempre ha sido un disparo de energía para mi cerebro, es imposible no sonreír (una de las cosas que amo de la música y de las personas). Usualmente es la magia de algún instrumento a veces es un bajo, una guitarra, una trompeta, un piano...una voz.

La letra es una despedida, aunque uno usualmente les da su propio significado. Para mi desde aquella vez al día de hoy, es una despedida y también un recordatorio.

Me despido de aquello que ya no soy, aquellas manías que me han llevado a dar vueltas en círculos. Es un recordatorio a mirar al frente y tomar las riendas de mi vida con lo que hay. Es un adiós a mi misma, porque cada tanto dejamos atrás algo de nosotros y tenemos que soltar aquello que nos impide avanzar: los patrones que seguimos repitiendo, los miedos y creencias que apagan nuestro ser. Y así poder reinventarse una vez más. 

He vivido entre la calma y el caos, después de muchas veces he aceptado esa dualidad, mi mejor medicina para estos procesos ha sido encontrar canciones como esta para acompañarme, para recordarme, para ser ese disparo que me ayude a continuar.





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