Su armonía es un instante perpetuo.
A veces, lo interrumpe la risa de un fantasma que surge detrás de ese árbol sin tiempo.
La luz de sus flores
contrasta con la oscuridad a mi alrededor,
Y todo vive, con ese ruido insensante
del que suelo huir,
como huyo de la prisa.
Por eso elijo la calma del amanecer
en medio de un jardín con flores recién abiertas.
Ahí la oscuridad permanece adentro, mientras la brisa me envuelve
en un suave murmullo,
de hojas y aves,
de música y silencio.
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