El paisaje se construye desde adentro.

Aline Petterson

viernes, 28 de febrero de 2014

Una ciudad moderna


Fotografía tomada de la web

"No sé si la modernidad es una bendición, una maldición o las dos cosas. Sé que es un destino..."
Octavio Paz

La ciudad más tranquila se pierde en un remolino de cláxones, conductores exasperados gritando sobre las avenidas, calles rotas, terrenos baldíos incendiados. La desesperación asalta nuestros esfuerzos diarios bajo la mirada indiferente de los transeúntes.

La ciudad de los bellos atardeceres ha sido transformada por quienes creyeron que reconstruir el pasado es progresar, cuando en el campo los niños siguen jugando descalzos y con hambre en sus vientres.

En esta ciudad la tristeza se desliza por aquellos habitantes atrapados en su realidad y cansados, cierran sus ojos a otro amanecer. Esta ciudad ya nos queda chica, nuestras exigencias cosmopolitas la han sobrepasado. El mar no tiene el tono verde esmeralda de las playas lejanas, ahora es un verde oscuro, grisáceo, opaco, con platos desechables flotando después de las fiestas de Carnaval.

1 comentario:

  1. Destrucción, más que reconstrucción, es lo que muchos han confundido con progreso y modernización. Muy triste.

    Saludos

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