El paisaje se construye desde adentro.

Aline Petterson

jueves, 7 de noviembre de 2013

FAUNA URBANA

Entonces el amor insondable, indefinible, 
parecido al sonido del mar en sus tardes apacibles. 


Aún todo es penumbra,
alguien camina solitario, por las calles
de una ciudad dormida.
Algunas luces se prenden desde cocinas
que inician su día de labor, sin el aviso
de los gallos, su canto no se escucha
en la ciudad.


A veces se escucha el de las aves,
perchadas sobre los arboles de las avenidas
o de esas casas antiguas con patios grandes,
de  parques con viejos ficus,
flamboyanes y cedros.


La ciudad lentamente despierta con
el pleito callejero de los gatos,
el ladrido de un perro a las sombras,
el eco que van dejando los murciélagos
en su regreso a la oscuridad de un edificio abandonado.
Despierta con tu voz, grave y matutina
cobijada por mi cabello.
Ningún hábitat es tan diverso
que aquel en el que te encuentro.

6 comentarios:

  1. Vaya, me temo que se volatilizó mi comentario al darle a "publicar".

    Vuelvo a intentarlo:

    Son esos los mejores despertares, los que se miran así, los que se encuentran así...

    Un saludo Karol :)

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    Respuestas
    1. Si, creo que no solo cuando hay tormenta debemos valorar la quietud...un abrazo!

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  2. El alba es para mi el momento más màgico del dìa, es toda una ceremonia y el antesala de las cosas que estan por venir.

    Te quedo bonito el poema :)

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  3. La fauna humana y el alba, gran combinación.

    Saludos

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