Estos días saben a chocolate caliente con pan de anís, a dulce de mazapán, a suspiros. Llegan con su aroma a flores, a incienso que prenden en los altares; tienen colores ocres de atardeceres que duran todo el día. Por mucho el día de muertos es mi festividad favorita, en la península de Yucatán los festejos duran tres días que inician el 31 de octubre, pero el pib dura varios días más. Estos días tienen el recuerdo de otros en casa de los abuelos reunidos para preparar el pibipollo, de otros donde me tocó recordar la receta de la abuela para prepararlo junto con mi tía y mi mamá. Los días se cargan de nostalgia pero es una nostalgia feliz. Me gustan más que la navidad porque no precisan de los regalos, ni las zapatillas o ropa de cenar para pasar un momento con quienes acuden a las reuniones. Toda la celebridad gira en torno a los preparativos.
Todos los años son diferentes y hay algunos que toca pasarlos lejos de la familia, otros en los que ya has despedido a la más importante de la casa y su significado adquiere más importancia. La otra mañana un ave migratoria estuvo rondando en el jardín por un buen rato, pensé "alguien ya vino a visitarnos".
Bienvenidos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario