“La clave para el éxito está en la habilidad de llorar y seguir adelante”.
Y yo le agrego: y saber reírse de si mismo después. Aunque al momento no es nada divertido, con el tiempo (bendita su sabiduría) solo queda risa de las metidas de pata que van sucediendo en el camino. Son días de aceptar lo que ha cambiado en mi vida, de que hay abrazos que no volveré a dar y otros que desearé sucedan pronto. Y sin embargo, a pesar de este sabor nostálgico, se que todo estará bien, porque sigo sintiendo ese fuego en mi interior, ese deseo de vivir cada amanecer, de disfrutar un café, de besar con pasión, de abrazar con toda el alma.
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