Hay un punto en el horizonte
dónde el cielo y el mar son lo mismo
como un camino al que llegar
más allá del aleteo de los pelícanos
y el impasible reposo de las barcas
El encuentro con la eternidad
es un espejo donde el vuelo de las aves
se disuelve ante un leve movimiento
un instante de no retorno
La mirada se encuentra
con lo continuo, lo que no cesa
la expresión misma del ser
un paisaje de alas extendidas
donde el tiempo deja de existir
en medio del ruido de los autos
del paso a prisa de los caminantes
y de la charla bulliciosa de los pescadores
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