Surges de la negación
esculpes silencios donde el agua corre
llueve,
tu lengua es cincel, tinta,
oleaje
mi sed renace en tus ojos,
ellos transitan los límites del ser y la
carne,
desvisten mis miedos.
Tu nombre es una canción
una voz en los pasillos de mi memoria
un cuenco donde brota el agua,
el nacimiento de un río,
como aquel donde sumergí
los recuerdos marchitos de eso que llamé vida
sin ti no soy
ni el ciclo donde mudo la piel
sólo un leve y sombrío impulso,
un lejano sueño de orillas.
Y puedo ser el
primer reflejo de la luna sobre tu torso,
dejar mi sombra sobre la cama
quedarme aquí,
convulsa
bajo el dominio de tus manos,
Puedo ser el amanecer
de una calle desnuda,
silenciosa
donde se escuchan aun tus pasos
Tu serás el silencio más abrupto,
una melodía que aun recorre mi piel
con el recuerdo de la lluvia;
un mar de acantilados,
esa corteza infranqueable
donde siempre he de arrojar mi deseo.
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