He regresado a casa.
Furtivo, tal vez. Furtivo lo que la nota deja en la piel y en los ojos gastados. Pero no lo suficiente para permitir que el pulso fluya libremente en la sangre. Hipnótico, mejor, como aquella profundidad que nos invita a sumergirnos una vez más. Entonces te dejarías moldear de nuevo bajo la intensidad del sonido que desviste tus razones y destruye tus temores. Entonces te dejarías ahogar en ese final abrupto, donde la piel y el aliento se disuelven en una mirada.
Hay noches en que el placer suele traducirse en una melodía.
Me ha encantado todo lo que me has hecho sentir. Desde acuarelas disolverse hasta luz azulada entrando por la ventana. Y sí,el placer podría ser una melodía, lenta. Un abrazo^^
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