Sí, la copa ya esta semivacia. Sabes que cuando cierres los ojos caerás en el sueño profundo, entonces podrás dibujar el deseo, el miedo o la esperanza, según corresponda. Ahora, en estos últimos segundos antes de cerrar el capitulo, te desvistes una vez más y subrayas ese verbo del que tanto te empeñas en hablar a murmullos o a gritos desahuciados.
Solo así expresas la voluntad de estar y de sonreír a manera de protesta, cuando todos esperan apenas una mueca y miles de lagrimas.